Estas aguas termales ya fueron visitadas hace 200 años por el Barón Alejandro Humboldt y es en 1889 cuando este centro termal fue fundado.
Una de las principales atracciones que ofrece las trincheras son los hidromasajes, en donde un chorro de agua caliente le ayudará a sentirse como nunca.
Los manantiales salen del interior de la montaña a 92 grados centígrados, junto con un denso vapor. Sus aguas son clasificadas como pipertrermales, bicarbonatadas, sódicas, fluoradas, silíceas, medio mineralizadas y radioactivas no nocivas. Estas características les dan propiedades curativas para afecciones reumáticas, del aparato locomotor, digestivas, respiratorias, del sistema neurovegetativo, de la piel, ginecológicas, antialérgicas y desintoxicantes.
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